Un paciente adolescente, narra en una sesión el siguiente sueño:
«estaba subiendo una loma y me encontré con Salo y un amigo. El amigo y yo, subimos un poco más y Salo se quedó estancada. Yo quería ayudarle a subir, pero pues ya sentía algo malo y decepcionante. Le dije a mi amigo que la ayudara y lo hizo. Ya en la cima, ella le dijo a mi amigo que era un amor, me miró y me dijo ‘no, tu no’ diciendo que yo no era un amor, que no era buena persona. Ahí me dolió mucho y me desperté».
Este sueño fue narrado por el paciente unos días antes de comenzar el trabajo del cartel sobre sueño y despertar, dónde en la primera sesión me encontré además con la siguiente frase de Jacques Alain Miller, en la interpretación como pesadilla, dice: » pero hay otro despertar, es el despertar que ocurre en la pesadilla, cuando se encuentra algo que no atrae, que produce horror, algo de lo que no queremos saber nada, únicamente hacerlo desaparecer y nos despertamos -como dice Lacan- para seguir soñando» P. 444
La cita, unida al sueño de mi paciente, me hizo pensar que el » usted no es buena persona» que le dijo la chica en el sueño, operó un poco en la vía que plantea Miller, como una interpretación pesadilla, como el encuentro ante algo doloroso para mí paciente que lo despertó del sueño. Develó para él una intención agresiva hacia algunas personas y amigos cercanos con quiénes había tenido desencuentros, lo que en el sueño nombra como «ya sentía algo malo». Este elemento no había sido reconocido por el paciente en las sesiones, dónde hasta ese momento, solo decía albergar malestar hacia su propia persona, pero no hacia los demás, intentando mantener una imagen de » bueno y gentil con los demás», a lo que el sueño develó una realidad psíquica.
Uso la expresión realidad psíquica, que me evoca a Freud, porque, de manera inicial, entiendo que el despertar en el sueño al que se refiere Miller, no es el abrir los ojos, sino más bien aparece como un encuentro con algo de sí que no quiere ser reconocido en el vivir consciente del sujeto.
Otro sueño, de otro paciente me hace pensar en este tipo de despertar, en esta ocasión por la dificultad del sujeto de salir del estado de dormir. Se tratan de unas pesadillas en las cuales él está encerrado en un cajón, «como enterrado bajo tierra», con gran angustia comienza a lanzar golpes y a gritar, mientras siente que de fuera le lanzan cosas. La pesadilla la ha tenido en varias ocasiones a lo largo de su vida y lo particular, que llama mi atención en el marco de este escrito, es que no logra despertar. Narra que es necesaria la ayuda de otro un familiar que venga a ayudarle, logrando despertar cuando le hablan. Mientras sueña se mueve, golea, grita, se ha aporreado sus manos debido a golpes contra la pared, pero no despierta a menos que alguien le ayude. La sensación que destaca de todos los sueños es la de estar «encerrado».
Me pregunto; ¿De qué despertar se trata aquí? ¿en este sujeto que no despierta de lo que nosotros llamamos sueño, sino que continua de cara a su realidad de estar encerrado?
Siguiendo la frase de Miller, podría decirse que uno de ellos, el paciente adolescente, despertó en el sueño a una parte de su verdad, más aún, despertó para seguir soñando, como parafrasea Miller. Y el otro paciente parece más bien encontrarse ante un despertar del que no puede escapar, el significante «encerrado», esto contrasta con su decisión de mantenerse en el espacio de trabajo y sostener su deseo de «destapar» todo lo que sea necesario. Es decir, encontró un deseo con el que las pesadillas prácticamente desparecieron, pero no su trabajo sobre el significante «encerrado». ¿Podemos entonces hablar allí de un despertar?
Con esto quiero entonces introducir la pregunta que aún me encuentro en elaboración de la misma: ¿el despertar al que se refiere Lacan, evocado en la frase de Miller, alude al concepto de realidad psíquica de Freud? ¿Qué relevancia tiene esa separación que hacía Freud entre la realidad material y la psíquica, para entender el sueño y el despertar que propone Lacan?