DE DANTE EN EL SEMINARIO 24 DE LACAN: REAL, BUFONERÍA Y POESÍA // Por Ana Victoria Saldarriaga, AP, miembro de la AMP y la NEL-Medellín

(Para piezas sueltas del 30 noviembre 2021)

Dos de las lecciones del seminario 24 de Lacan, Lo no sabido que sabe de la una-equivocación se ampara en la morra (1976/77), tienen como marco de referencia la obra de Dante. De ellas, escogí entonces algunos fragmentos a partir de tres de las temáticas que logré identificar. Son una muestra de lo que podemos encontrar en esas páginas y en las de Dante.

1.- De lo real, una orientación: “Esta Comedia es divina, por cierto, pero eso no quiere decir más que una cosa, que es bufa […]. No hay la menor obra divina, a menos que uno quiera identificarla con lo que yo llamo lo real”. El calificativo “Divina” lo añadió Petrarca años después de la muerte de Dante. El autor sólo lo tituló “Comedia”, pues, explicaba[1] que empezaba mal y terminaba bien, al contrario de las tragedias clásicas. Lo divino, pues, coincide con lo bufo, y es de lo real. Son como las dos caras de una banda de Moebius en lo real: bufo/divino. La cuestión sería pensar en aquello que, en lo real mismo, marcaría el doblez de la banda. Lacan continúa: “Pero tengo que precisar la noción que me hago de lo real […]. Hay una faz — sí, uno se atreve a adelantar términos así — hay una faz por la cual este real se distingue de lo que le está, para decir la palabra, anudado”. Es decir, lo real es distinto de aquello que se le anuda. Algo se anuda a lo real de la Divina Comedia, es decir a sus dimensiones bufa y divina (mística). Supongo en ese “algo” lo simbólico y lo imaginario. Por ello encuentro en esa indicación de lo real en la obra, una orientación para su lectura desde el punto de vista psicoanalítico.

2.- De la bufonería o lalengua en pleno ejercicio:

Hilando aquello de lo que se trata en el Dante en cuestión, he sido llevado a releer un viejo libro […] publicado en 1854 […]. Se llama Dante y la poesía amorosa — lo que no es tranquilizador — en tanto que es en ocasión de dicha poesía amorosa que Dante comenzó a hacer bufonadas. Él ha creado […] una nueva lengua, lo que se podría llamar una metalengua. Toda lengua nueva es una metalengua, pero como todas las lenguas nuevas, se forma sobre el modelo de las antiguas, es decir que es fallida. ¿Qué es lo que hay como fatalidad, que hace que, cualquiera que sea el genio de alguien, recomienza en el mismo riel, ese riel que hace que la lengua sea fallida, y que en suma sea una bufonada de lengua? La lengua francesa no es menos bufa que las otras. […] es exactamente como el algonquino o el coyote, no vale más.

 

Aquí es necesario tener presente la función de Dante en la historia de las lenguas modernas. Como sabemos, las lenguas romances son las derivadas del latín. El latín vulgar era el hablado, aquel con el que se entendían, equivocaban y malentendían los romanos con los pueblos conquistados. El latín culto era el escrito. A la caída del imperio romano, van surgiendo, pues las lenguas modernas. Había tres grandes grupos: en el norte de Francia, la lengua de Oil; en el sur, la lengua de Oc, en la que se cantó el amor cortés; y la lengua de Sí, del lado italiano. En su juventud, Dante hizo parte de los poetas del “Dulce estilo nuevo” que se decidieron a poner por escrito la lengua florentina en la que hablaban, pues las jóvenes de quienes estaban enamorados no sabían leer latín. Luego, entre 1292 y 1293, a la muerte de Beatriz (1290), Dante escribirá La vida nueva en florentino, atizado por las preguntas sobre el amor. Como lo planteó Nathalie, esta obra queda suspendida, hasta que logre decirde ella lo que nunca fue dicho de ninguna[2].

Desde nuestra perspectiva lógica, diríamos que La vida nueva fue para Dante un instante de ver. El tiempo para comprender, lo ocupan otras dos obras. La primera de ellas es El Convivio, escrito entre 1303 y 1309 en prosa toscana, después de la Vita Nuova. De carácter filosófico, debía constar de 15 libros, pero solo llegó a escribir la introducción y tres tratados más. En 1305 empieza a escribir el segundo, El elogio de la lengua vulgar; paradójicamente en latín. Tampoco lo termina y lo suspende por la misma época que suspende El Convivio, hacia 1309. A mi juicio, es la segunda escansión que marcará el inicio de su momento de concluir que, como supondrán, es el de La Comedia, escrita entre 1304 y poco antes de su muerte en 1321[3]. Podemos suponer su pregunta: ¿Cómo escribir en lengua vulgar, la natural, la de los niños y las mujeres, de tal manera que lo que pueda decir de una mujer como Beatriz tenga las virtudes de la lengua latina? El profesor García señalaba cómo esa decisión de Dante de pasar al escrito la lengua vulgar en proceso de constitución fue un paso determinante en la consolidación de la lengua italiana en particular y en las demás lenguas modernas en general, que bebieron todas en su “Comedia”. Sin duda las exigencias de ese paso al escrito hicieron “crecer” la lengua balbuciente[4]. ¿Pero qué se bebía en esa obra nueva? Yo diría que lo que Lacan nos enseña a leer en esos textos, lalengua y la letra. En el seminario 12, por ejemplo, se detiene en ese Elogio de la lengua vulgar, al punto de decir que “Esta historia del lenguaje es algo que, por no ser, hablando propiamente, el campo en el cual el psicoanalista opera, prosigue su práctica, le muestra en todo instante las vías y los modelos de dónde él debe captar su realidad”. No hay sino distorsiones, inventos, préstamos de otras lenguas, mejor dicho, una “integral de equívocos”, como la define en El Atolondradicho, lalengua en pleno ejercicio. De eso hablé en una de las “Lecturas desde Lacan” que pueden encontrar en el Yotube de la sede[5]. Sólo citaré algunos de los ejemplos que ponen problema a los traductores sometidos a la multiplicidad de manuscritos: error/horror; tremesse/temesse (estremecer/temer); voglie/doglie (dolor/deseo); Da te/Dante. Las relaciones y no relaciones entre esa lalengua en pleno ejercicio y la letra requieren otro trabajo. Aquí sólo lo enuncio.

3.- De la poesía amorosa: sentido, significación y vacío: Sobre ese real de lalengua bufa (que debió hacer reír a más de uno, sino al mismo Dante, incluso al llegar al paraíso) se iba bordando o anundando la “lengua materna”, expresión que debemos al mismo Dante, y con ella, la lengua de la poesía amorosa. Dice Lacan:

Lo propio de la poesía cuando ella falla, es justamente no tener más que una significación, ser puro nudo de una palabra con otra. No queda menos que la voluntad de sentido consiste en eliminar el doble sentido, lo que no se concibe más que al realizar […] si puedo decirlo así un corte, es decir que no haya más que un sentido […] ¿Cómo puede realizar el poeta esta proeza de hacer que un sentido esté ausente? Es desde luego reemplazando ese sentido ausente por lo que yo he llamado la significación. La significación no es en absoluto lo que un vano pueblo cree si es que puedo decirlo así. La significación es una palabra vacía, dicho de otro modo, es lo que a propósito de Dante se expresa en el calificativo aplicado a su poesía, a saber, que sea amorosa. El amor no es otra cosa que una significación, es decir, que él es vacío y uno ve bien la manera en que Dante encarna esta significación. El deseo tiene un sentido, pero el amor tal como yo lo he planteado en mi seminario sobre La Ética, tal como el amor cortés lo sostiene, eso no es más que una significación.

 

Leer este fragmento con el cuidado que requiere nos tomaría un tiempo que excede el que tenemos esta noche. Pero nos es posible al menos extraer algunas proposiciones que nos permitan ir pensando esas afirmaciones sorprendentes sobre el amor y el deseo en la pluma de un poeta:

1.- La palabra plena es una palabra plena de sentido.

2.- La palabra vacía es una que no tiene más que significación

3.- El adjetivo “Amorosa” en la poesía de Dante es una significación que cubre un vacío: “Poesía amorosa

4.- Deseo: tiene un sentido, pero siempre ausente.

5.- Amor: no es más que una significación: la que cubre un vacío y realiza la proeza de hacer que un sentido esté ausente.

 

 

 

 

 

[1] En una carta al Cangrande de la Escala.

[2] Vida Nueva, XLII: “Después de escribir este soneto se me apareció una maravillosa visión, en la que vi cosas que me persuadieron a no hablar más de mi bendita dama hasta que pudiese tratar de ella más dignamente.

Y me esfuerzo cuanto puedo por conseguirlo, como en verdad sabe ella. Así, si quiere Aquél por quien todas las cosas viven que mi vida dure algunos años, espero decir de ella lo que nunca fue dicho de ninguna”.

[3] Todas estas obras, y algunas más, fueron escritas en el exilio, iniciado en 1301 y definitivo desde 1302.

[4] De igual manera que la española, a través de varios autores y muy especialmente de Cervantes; la alemana, a través de Lutero; la inglesa, a través de Shakespeare, etc.

[5] De amor, lingüística y lingüistería en La Divina Comedia de Dante Alighieri. Lecturas desde Lacan 24/07

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