Aportes para la formación // Por: Miguel Lopera (Asociado)

Al ingresar en el grupo de la mesa de lectura se trabajaron textos como «Las psicosis [fenómeno y estructura]» de Roberto Mazzuca y colaboradores, «Locuras histéricas y psicosis disociativas» de Jean Claude Maleval y «El saber delirante» de Jaques Alain Miller y otros, en ellos encontramos enunciados en las palabras de cada uno de quienes participan, los conceptos, elementos y posibilidades del trabajo teórico y clínico de la psicosis.

De la relación entre los términos y conceptos trabajados en el texto «El saber delirante» creo que lo más valioso para mi formación es que se van aclarando por medio de la lectura y luego en común hacer comentarios, que han permitido desarmar algunos sinsentidos y/o contradicciones que encontraba- por desconocimiento y mi lectura que se reconoce poco eficiente- para encontrar una nueva comprensión que antes no tenía y saber además que, en un futuro, que relea, encontraré nuevas ideas.

Importa el aquí y el ahora como lugar de formación para situar el efecto de la inmersión que considero pertinente para intentar saber algo de una disciplina, el trabajo en el grupo demuestra por reconocimiento directo las falencias del trabajo individual, lo que señala que lo que se descubre en la mesa de lectura no es sin otros, aunque las conclusiones sean de cada uno.

El texto es relevante porque es tema de elaboración en mi trabajo con el psicoanálisis hoy, que tiene que ver con la práctica clínica con pacientes psicóticos y que las lecturas hechas en el grupo me han enseñado asuntos muy necesarios para lograr entender un poco ese sujeto, además de reconocer que la comprensión de ello es muy singular a cada uno que lee y que está articulado a su propio fantasma, lo que determina las diferentes concepciones que se pueden elaborar a partir de una mismo texto y también muestra que no es posible consensuar el trabajo como un producto grupal aún que sí demuestra que por ese trabajo grupal se pueden dar los resultados que obtenga.

En la conferencia «la invención del delirio», Miller muestra como enseñó Lacan que el delirio es un discurso articulado y que ubicar fenómenos elementales toma un valor, un sentido: destacar en el conjunto del discurso delirante los elementos mínimos a partir de los cuales se construyó, desarrollo y elaboró el resto.

El delirio tiene la misma estructura del fenómeno elemental y es explicado con el modelo del gnomon griego afirmando Lacan que el conjunto de la neurosis está presente en una formación del inconsciente tan minúscula como es un sueño y propone Miller, que en cierto sentido el fenómeno elemental es a la psicosis lo que la formación del inconsciente es a la neurosis, la comparación es válida en tanto se utiliza el concepto de estructura, que es lo mismo tomar un texto enorme o una sola página , pues en tanto tal la estructura permanece.

Expresa Miller en el texto que un testimonio de un pase que dura una hora, recoge en su estructura un análisis de 10 años y porque se cree en ese concepto se puede hacer una buena extracción y tener la estructura en un fragmento.

El fenómeno elemental está estructurado y su estructura es la del lenguaje, tal como la del delirio; las alucinaciones verbales tienen también la estructura del lenguaje y afirma que se padece una verdadera alucinación psicótica cuando lo que aparece tiene el carácter de certeza.

Establece la diferencia de la alucinación (pasivo) con la interpretación que es del sujeto (activa) y en el caso de la alucinación del hombre de los lobos, la falta de un significante en la estructura del sujeto, hace que lo forcluido vuelva en lo real. Las alucinaciones tienen estructura de lenguaje y la interpretación también se funda en un fenómeno de lenguaje.

Una nueva traducción del fenómeno elemental en Lacan es la significación de significación, los fenómenos intuitivos son los fenómenos elementales conectados con cuestiones de significación como el caso de un auto rojo que pasa…, «eso me dice algo, eso está dirigido a mí».

En el momento de perplejidad el sentido no aparece, un momento enigmático que no colma de satisfacción propone entonces pensar ese momento enigmático con la metáfora como sustitución y la metonimia como conexión de un significante con otro donde el sentido no puede emerger y se instala una falta en ser en la relación de objeto, el sentido se desliza siempre, son los dos grandes mecanismos de la producción de sentido dice Miller.

Entonces trata de concluir como sí el fenómeno elemental fuera una metáfora impotente, no alcanza la sustitución o una metonimia inmóvil. La metáfora ubica un significante, pero impotente para hacer surgir sentido. Se produce un estado de confusión difuso y una fijación absoluta. Afirma que siempre hay un significante explicito o implícito en el fenómeno elemental y es el operador de perplejidad.

En de una cuestión preliminar la metáfora en Lacan es referida a la metáfora paterna, donde la palabra que condensa todo el sentido es de estructura metafórica e indica la emergencia del sentido bajo la forma de una intuición que colma el sujeto y la fórmula reiterativa y vacía queda más del lado de la metonimia.

Si la psicosis como estructura está en un sujeto lo que resalta es saber en qué momento se desencadena, cuando algo en la realidad llama a ese significante que falta y al que debería movilizar, se pone en evidencia que eso falta y como dice el texto comienza la catástrofe, se deshace lo imaginario.

Es con estos conceptos que, a pesar de tener una gran densidad, me parece que la clínica de la psicosis señala el uso de ellos para que cada uno se los apropie y en su experiencia tener presente esos momentos como los fenómenos elementales para poder vislumbrar y reconocer cuando un sujeto estaría en el lugar de la psicosis como estructura y dirigir la cura en términos de una construcción delirante que le permita una estabilización y un lazo social.

Los textos indicados al inicio son lecturas recomendables para quienes están interesados en el tema, pero agradezco a la escuela, a quienes participan en ella y a los que están en la mesa de lectura, porque es con el trabajo de todos que siento que avanzo en la formación y reconocer así que la escuela es donde todos nos formamos, uno a uno, en la soledad de nuestra singularidad.

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